Una vez que han terminado nuestras fiestas del 2014,
lo más resaltable y que quedará en la memoria de todos, son los “sucesos”
ocurridos el día 18 en el campo de los Caneiros. Las fotos de la Guardia Civil
“tomando” el campo de la fiesta, han dado vuelta al mundo y dentro de lo
alarmante que puede ser una cosa sacada de contexto, ha supuesto un duro golpe
para los que somos de Betanzos de toda la vida y no queremos que nuestra ciudad
salga en los medios de comunicación por cosas como esta.
En los últimos años, y quizá ya no tanto en los
últimos, se ha producido una evolución de la fiesta que nos está llevando a una
degradación de la misma. Ya no hablamos de la fiesta primigenia en la que los
botes remontaban el río e iban a comer las sobras de la fiesta, ni cuando yo
iba los Caneiros de muy pequeño, y
subías a la plancha porque no tenías lancha, o simplemente te quedabas en las
Brañas porque éramos demasiado pequeños y nuestros padres entendían que no
llegaríamos a pie. Ya más tarde, cuando de adolescente subías con los amigos y
podías beber, que todos lo hemos hecho, pero saludabas a la gente, bailabas,
disfrutaba y volvías tranquilamente a sabe Díos que hora, pero sin más.
A partir de ahí, la cosa se ha ido desmadrando,
evolucionando, degradando, llamémoslo como queramos, ya cuando alguien se le
dio por echar vino encima de los demás, la cosa se complicó, después empezaron
la moda de romper las camisetas y se complicó más, tenías que llevar una
camiseta para poder llegar a casa vestido o tener un enfrentamiento con algún
gracioso que sin conocerte de nada venía a rompértela.
Seamos sinceros, desde que tengo recuerdos de los
Caneiros, las peleas las ha habido siempre. La ecuación es simple: testosterona
(jóvenes) + alcohol (bebida) = enfrentamientos = problemas. Este 18 yo
personalmente no estuve en el campo de
los Caneiros, pero toda la gente con la que he hablado me dijo que no
fue una cosa fuera de lo normal, es más muchos me dijeron que solo se enteraron
al ver a la Guardia Civil. Por eso hablaba al principio de que algo sacado de
contexto puede hacer mucho mal. Pero también hay que ser sincero, estos hechos
hieren de muerte a cualquier, fiesta, celebración o lo que sea.
Creo tener la sensación, como en una película
americana de adolescentes, en la que los invitados toman el mando de la fiesta,
empiezan a desmontar la casa y el anfitrión no puede hacer nada por pararlos en
el destroce de la misma. Pues igual, esta fiesta se nos ha desmadrado, se ha
convertido en una celebración de los betanceiros, en la que los de fuera, pero
sin dejar de culpar a los de casa, están haciendo lo que quieren y tanto los
hemos dejado, que ahora a ver como paramos esto.
Ahora el problema es, ¿Cómo paramos esto? Y ¿Cómo
reconducimos la fiesta?
En una celebración de la magnitud y con la
“temática” actual, la presencia policial y de protección civil no es solución,
si cada altercado hay que solucionarlo con una carga policial, mal vamos,
provocamos otro problema. El consumo de alcohol, Es difícil de acotar, ya que
cada uno se trae el suyo y la venta allí es mínima respecto al total de la
fiesta. Pero si creo que con la normativa legal actual la venta de alcohol a
menores podría aminorar, y a lo mejor mucho, el problema.
La medida promovida por el Ayuntamiento de crear los
“Caneiros en Familia” me parece bien si se trata de una medida de información,
concienciación y divulgación para que los niños sepan de donde viene nuestra
romería y en el futuro sean ellos los que revitalicen la fiesta, puede ser una
solución a muy largo plazo, pero no es una solución actual para los Caneiros
actuales, no vamos a sustituir unos por otros y a este ritmo de degradación los
niños que ahora estamos formado caerán al otro lado de la fiesta por arrastre.
En definitiva, la evolución que ha tomado nuestra
romería, puede llevarla a su destrucción como tal y convertirla en uno de
tantos macrobotellones que hay ahora mismo en Galicia.
Con lo bonito que es subir en barca, comer con la
familia, en el bote o bajar a tierra, disfrutar en el campo de la fiesta sin
que nadie se meta contigo, sin que te embadurnen de vino y sin que quieran
romperte la camiseta, volver por la noche con las barcas engalanadas y llenas
de luces para cenar en el Malecón viendo los fuegos. Esa tiene que ser la
esencia de los Caneiros, que después haya gente que se tire al río y que haya
gente borracha y que a alguno se lo tenga que llevar Protección Civil al
ambulatorio, creo que hasta cierto punto es “tolerable”, porque siempre los ha
habido. Pero esos no pueden ser la mayoría que marquen el ritmo de la fiesta a
los demás.
Creo que los betanceiros, en los últimos años
estamos más concienciados en salvar nuestra fiesta, pero noticias como la de
este año no ayudan mucho a esta labor y el macrobotellón nos está adelantando
por la derecha.
Animo a todos los que leáis este blog, a que, sin miedo, aunque os parezca un tontería,
propongáis medidas para intentar mejorar los Caneiros de los próximos años y
que en breve todos estemos más orgullosos, si cabe, de nuestra fiesta.
¡¡Ah!! Como no puede ser menos:
¡¡¡¿Betanceiros qué queredes? Que suba o pan e baixe
a caña!!!
¡¡¡¡¡Viva
San Roquiño!!!
Moncho
... para los amigos
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